
Estaba pensando qué podría escribir, para ser consecuente con mi estado anímico de los últimos días. Entonces me acordé de estas fotos que tomé a principios de la semana en lo errázuriz.
Que cosa más gris!
En general, estoy aplicando la política de no llorar ni alegar cuando no es necesario, entonces me encuentro a mí misma, desesperada por no poder chillar de la rabia, y me empiezo a preguntar, qué será lo que me acongoja? será acaso la oficina? será algo más que eso?es dios culpable de la miseria humana???
Estupideces para tapizar una muralla por supuesto.
Debo decir que no me ha sido nada fácil estos últimos meses, y que a pesar de verse todo perfecto, se parece más a una granada, bien verde y compacta por fuera y llena de granos rojos, bombas de jugo frutal listas para salpicar y repletar la boca con su sabor y perfume.
La cosa es que, me encuentro todas las noches, preguntándome acerca de las cosas que me hacen feliz, de la incoherencia, y de un montón de burradas que, tengo que decirlo, me han dicho varios más que están pensando igual.
Tengo una estabilidad envidiable, laboralmente claro, pero hay algo que me mantiene intranquila.
La levantada matinal de todos los días comienza a perturbarme, y varias otras cosas que aún no soy capaz de definir con la precisión que querría.
Tal vez, todo se deba, a que soy por definición una desadaptada, y que las situaciones forzosas a las que me he visto sometida, no han hecho sino hacer que cada vez, aprenda a moverme más por rabia que por amor, entonces, pasa que eso cansa, y que a pesar de no existir la perfección, para mí lo más cercano a eso es la paz que me gusta tener cuando trabajo, lo que por supuesto, se contrapone de manera grosera con las posibilidades actuales del 90% de los chilenos.
No sé, sólo tengo claro que el orden se hace imprescindible para mí, y que para conseguir esa paz, o al menos la sensación de control, debo ser rigurosa.
Partí hace una semana y me siento al menos con una pequeña dosis de satisfacción.
Lo de la desadaptación, bueno, eso parece ser el cacho que nunca seré capaz de resolver, pero filo.